Buenas de nuevo. Hacía mil que no escribía en este blog, antaño pensado para mis posts "serios" en contraposición a mi página de Blogger, la cual dedicaría a chorradas y cositas creativas. Con el tiempo, me volví perezoso y terminé escribiendo la mayoría de mis posts en el otro blog, pero llega el verano, el tiempo libre (aunque yo voy a tener que jincharme a estudiar), y con ello pretendo en éste vuestro space recuperar el ritmo de escritura, atraer lectores antiguos y conseguir nuevos, qué carajo. Y bueno, también ha influído que cierto space amigo haya estimulado mi lado intelestuar y poético. Muchas cosas que hacen que vuelva a tener ganas de escribir en este space.
Así que, para llamar la atención, qué mejor que un poco de polémica sexista. No tengo del todo claro que así vaya a conseguir nuevos lectores, pero este post llevo con ganas de escribirlo desde que ví ayer las noticias de Antena 3. Por todos es conocido que esta cadena no es el adalid del periodismo de calidad, de rigor o de imparcialidad (bueno, ninguna televisión lo es, cada una con sus pros y contras, pero ésta es la peor), y que si veo por sus informativos es por lo cachondo que me ponen Lourdes Maldonado y Pilar Galán. Pero ayer me indigné con la manera que tuvieron de tratar una noticia.
Probablemente lo hayáis oído por ahí: una jueza le da la custodia de una niña a su padre porque ha quedado demostrado que la madre le ha lavado el cerebro para que le odie y no quiera verle. Sentencia ejemplar donde las haya, en un mundo que se presupone machista pero donde las mujeres se quedan en su gran mayoría con la custodia de los niños en caso de divorcio por el mero hecho de ser mujeres. Algo totalmente injusto y discriminatorio, pero hablar de un feminismo compensatorio o revanchista no vende en los medios. Por tanto, en esta hipócrita sociedad que por un lado alaba la lucha de las mujeres por su igualdad y por otro despide de sus empleos a las mujeres que se quedan embarazadas, se ha llegado al absurdo de ciertas leyes totalmente anticonstitucionales (aunque nos la quieran vender como progres) como la de Paridad, a que en las noticias sobre estadísticas SIEMPRE se destaque lo bien que lo hacen las mujeres respecto a los hombres en cualquiera se sea la materia, o que, siendo el mismo delito, a las mujeres se les castigue con menos dureza que a los hombres en la violencia de género (o "violencia machista", otra denominación simplista e interesada). ¿Qué pasa, que a los hombres maltratados tanto física como psicológicamente (como es el caso de tantas arpías que les niegan el derecho a ver a sus hijos y luego les exigen la pensión) está mal visto escucharles? ¿No habíamos quedado en que la violencia psicológica contra las mujeres también era delito? Cierto es que las cifras de muertos entre hombres y mujeres no son ni mucho menos las mismas, pero no es menos cierto que cualquier discriminación positiva es una discriminación, al fin y al cabo.
A lo que iba. Ayer en Antena 3, respecto a esa noticia, la espabilada y probablemente peluda redactora soltó esta lindeza a la hora de relatar los hechos: "La sentencia que quita la custodia a una madre por poner a su hija en contra del padre ha removido un término que los psicólogos llaman el síndrome de alienación parental. No existe en los manuales médicos pero los expertos lo tratan desde hace años y con frecuencia (…) según los expertos las madres manipulan más a los hijos que los padres, pero en muchas ocasiones los progenitores en general abusan de este Síndrome de alienación parental para ganar la custodia ante un juez".
¿Lo véis? A lo único que nos quedaba los hombres para agarrarnos en nuestra lucha por la igualdad REAL ante la ley de hombres y mujeres era esa realidad incuestionable donde, en caso de divorcio, los jueces en una gran mayoría de las ocasiones le da la custodia de los niños a la mujer por el mero hecho de ser mujer, no teniendo en cuenta su capacidad para ello o los recursos económicos del padre (que encima tiene que pagarle una pensión o si no, a la cárcel). Y cierto es que la violencia física la copan los hombres (aunque muy hombres no son si le levantan la mano a una mujer, desde luego), pero en la psicológica (algo que también hace mucho daño) las maestras son las féminas, y eso no creo que nadie se atreva a discutírmelo. Por eso, oír a esta imbécil decir que ambos sexos actúan por igual en esta materia, para minimizar daños y que el hombre siga siendo el malo de la película, es como oír a alguien decir que, pese a que el 90% de las víctimas mortales de la violencia doméstica son mujeres, "la cosa está más o menos repartida". Estoy harto de lo políticamente correcto. Ése, y no la demagogia, es el camino de la verdadera igualdad, aunque ellas sigan teniendo toto y nosotros pilila.